lunes, 28 de septiembre de 2009

Los políticos

Ayer, domingo 27 de septiembre, fue día de elecciones en Alemania. La canciller Merkel, seguirá siendo durante los próximos años la jefa del gobierno alemán en coalición con los liberales. El “matrimonio de conveniencia” de los años anteriores con los socialistas (SPD) ha costado a los cristiano-demócratas (CDU/CSU) una sensible disminución de sus electores. Lo mismo, pero aumentado de forma espectacular, le ha ocurrido a los socialistas. Una pequeña coalición sustituye a la gran coalición. La señora Merkel seguirá, aunque a muchos no le guste.

He seguido la campaña preelectoral a través de mi parabólica y me he dado cuenta que la vinculación de los alemanes a sus partidos está siendo minada mediante un estilo pragmático de hacer política, que ha dejado en la cuneta las posiciones ideológicas de los partidos de antaño. Los ciudadanos no ven en los políticos a los representantes de convicciones y posiciones ideológicas determinadas, sino a “pragmáticos del poder” que intentan buscar soluciones rápidas a los problemas de cada día. Cuando yo llegué por primera vez a Alemania, en los años sesenta, era todo lo contrario: los principios y las convicciones ideológicas contaban mucho más que el pragmatismo. Esta actitud responde sin duda a la mentalidad de nuestra sociedad de hoy, que no siente muchas simpatías por los principios y que no es capaz de pensar y debatir sobre ideologías y valores. Lo que cuenta son los resultados desde el punto de vista económico y político, los éxitos y los fracasos personales y de imagen y las ventajas e inconvenientes que se deducen para el individuo de las diferentes medidas que adoptan los políticos. No cabe duda que el pragmatismo del poder está trayendo consigo que el interés por la política se vaya reduciendo de elección en elección. Las elecciones alemanas de ayer han sido un ejemplo: se ha registrado la participación más baja de la historia de la democracia en Alemania.

Para seguir a los políticos en España no necesito la parabólica. Las repercusiones de las decisiones políticas me llegan directamente por correo. Coincidiendo casi con el cierre de los colegios electorales en Alemania llegaba a mi buzón una carta del Ministerio de Economía y Hacienda español, con la que me comunica la subida, en más de un diez por ciento, del impuesto de Bienes Inmuebles. Y para que mi sorpresa no sea tanta, me “rematan” la semana con el anuncio de la subida del IVA en un dos por ciento para el año que viene. No entiendo nada: ¿no acababa de anunciar el presidente del gobierno en New York que “el esfuerzo lo harían las rentas más altas”? El más inútil de la clase sabe que el IVA afecta a toda la población por igual. A los más pobres y a los más ricos, con la salvedad que para los más pobres esa subida les supondrá una carga infinitamente mayor que a los que son económicamente más pudientes. Un titular de EL MUNDO resumía horas después la verdad de la cuestión: ”Las rentas medias y bajas pagarán el 96% de la subida de impuestos”.
El jubilado/pensionista que vive en mí no entiende nada y se revela. Me ofende enormemente que estos políticos nuestros administren tan mal el dinero que sale de mi bolsillo. Prometo seguir escribiendo sobre ellos.

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