miércoles, 15 de junio de 2011

Ya se van ..........

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Hace ya muchos, muchos años, se despedía una vez al año en las ciudades y pueblos españoles a los jóvenes que marchaban al servicio militar. Se acostumbraba a celebrarlo con fiestas, algunas veces en las plazas públicas, en donde entre otras coplas o rondas se cantaba aquella de: “Ya se van los quintos, madre, // ya se va mi corazón, // ya se van los que tiraban // chinitas en mi balcón”. En algunos pueblos extremeños y andaluces el estribillo tenía un texto algo diferente. Cantábamos así: “Ya se van los quintos madre, // ya se van los buenos mozos // y queda la plaza llena // de tuertos y legañosos.” Creo que los extremeños y andaluces de entonces hacían referencia a la juventud que por motivos diversos, entre ellos la baja estatura, habían sido rechazados por las autoridades militares en los exámenes previos de la convocatoria correspondiente. Los del sur fuimos siempre propicios a la sorna e ironía.

Hoy, que no hay servicio militar obligatorio para los jóvenes españoles, nos quedamos en las plazas de nuestra geografía con los “indignados” y con los integrantes de la generación “ni-ni”, aquellos jóvenes menores de 34 años que ni estudian ni trabajan, con lo que, en teoría, viven de sus padres. Dicen que son cerca del diez por ciento de la población menor de treinta y cinco años.

Parece que los “indignados” se han ido de la Puerta del Sol de Madrid, dejando malos olores y un “puesto informativo” de unos treinta metros cuadrados, frente a la placa del Kilómetro 0. Otros grupos del movimiento 15-M han marchado a los barrios para seguir reflexionando en las plazas públicas ‘menores’ sobre el futuro de España. Con la falta de líderes y la anarquía de muchas de sus propuestas temo que no podrán aguantar los calores del cercano agosto madrileño.

Lo cortés no quita lo valiente: lo que sí es cierto, es que la juventud en España tiene que sentirse engañada por la generación de sus mayores, entre otros, por los representantes del capitalismo financiero y la política. Creo detectar un sentimiento generalizado de injusticia por doquier porque se ha puesto el amor al dinero en primer lugar. Los ricos quieren ser más ricos, y el trabajo y el esfuerzo ya no se valoran. Nos hemos vuelto una sociedad de subvencionados y no de trabajadores, en España no hay política laboral sino políticas de subsidio. Ojalá que perduren y lleguen a las mesas de decisión idóneas aquellas ideas de los auténticos “indignados” que hacen referencia a la eliminación de los privilegios de la clase política, al control de las entidades bancarias y sus negocios financieros, a la independencia del poder judicial y al avance de la democracia con un cambio de la ley electoral. Temo que son muchos los intereses creados que se opondrán a todo ello con más y mejores medios que las acampadas y hangares de madera denominados “puestos informativos”.

En estos días también nosotros estamos de despedidas. Dos de nuestros nietos también se van. Han terminado los estudios de secundaria, han aprobado los exámenes previos para la universidad, y han decidido irse a Alemania para comenzar allí sus carreras universitarias. La universidad alemana les brinda más alternativas y oportunidades, así como mejores planes de estudio que las universidades españolas. Ellos lo hacen ahora y otros lo han hecho ya con los estudios terminados. He leído estos días unas entrevistas a jóvenes titulados españoles que decidieron dejar España por la falta de perspectivas. Dicen que es la generación más preparada de la historia, pero se sabe que es también la que soporta la tasa de paro más salvaje que jamás hubo, más del cuarenta por ciento de desempleo juvenil.

Alemania brinda puestos de trabajo bien remunerados en sectores industriales de la electrónica y el automóvil, de la química y la farmacia. En la entrevista citada, un tal Jorge Angulo, de 28 años, cuenta de su nuevo hogar y de su trabajo. Vive desde hace casi dos años en Munich, trabajando en un Centro de Investigación de Economía Energética en el departamento de electromovilidad. Mis nietos se van, huyendo de la paradoja nacional de nuestros días: muchos e inadecuados estudios y pocos puestos de trabajo. No sé si algún día volverán, pero creo que la inflexibilidad del mercado de trabajo español y la política macroeconómica actual no facilitarán el retorno. Nuestros vínculos no se romperán, pero necesitaremos de un esfuerzo especial para mantenerlos a la distancia.

A fin de mes, cuando tomen el avión para trasladarse a Alemania, intentaré mantener mi equilibrio sentimental cantando aquella copla que las mozas de los pueblos extremeños cantaban cuando los quintos se iban: “Virgen de la Victoria, // la del Castillo, // Madre de los soldados // de tu Trujillo, // vela por ese quinto // de mis amores, // guárdalo, Virgencita, // que yo prometo // plegarias y flores”. Yo cantaré: “por esos nietos // de mis amores”.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada. Paco vuelve a dar en el clavo de la política actual (los llamados indignados), el paro juvenil, la juventud actual, los quintos y el amor de los abuelos que dicen hasta pronto a sus nietos. Ánimo, Paco, con este Blog tan estupendo.

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  2. Antonio Mellado Suárez16 de junio de 2011, 19:49

    Si que es verdad que este blog es estupendo, igual que a Angel, me ha encantado la entrada,tambien la referencia a los" indignaos" que esperemos no sean muy "tuertos y legañosos" ni que se pierda,esta llamada, generazión perdida,aunque da la impresión,que no está muy claro,por donde,y a donde van.También creo que este materialismo,la distorsión y falta de valores trastocan el rumbo y sentido de la vida.
    Espero que algún día,yo también pueda cantar por esos "nietos de mis amores" mientras tanto canto por los tuyos,para que tengan una vida feliz y llena de sentido. Muchos abrazos.

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