jueves, 8 de octubre de 2009

El aborto gubernamental

En el año 1982 el partido socialista ganó por un gran margen las elecciones generales en España. Recuerdo que a los pocos días de este acontecimiento, Alfonso Guerra declaró: “Vamos a poner a España que no la va a conocer ni la madre que la parió”. He permanecido quince años fuera del país y al regresar me doy cuenta que, efectivamente, a España me la han cambiado, yo no la conozco más. Quiero avanzar una apreciación positiva en mis juicios: me doy cuenta que además de buenas carreteras y autopistas, y además de las miles de rotondas para facilitar el tráfico rodado, el español ha aprendido en los últimos años a ser tolerante con el que piensa de otra manera. ¡Gracias a Dios! ¡Ya era hora!
Sin embargo, reflexionando sobre las noticias que me llegan a diario y teniendo en cuenta el futuro de mis nietos, me preocupan algunos temas que caracterizan tristemente la España de hoy, tales como el fracaso escolar propio de una enseñanza masificada, la litrona comunal, el regreso de los hijos al hogar en la madrugada, las relaciones sexuales indiscriminadas, el abuso y facilidad de compra sin control médico de la píldora abortiva del día después (sin citar la corrupción de los políticos, la situación de la industria y el mercado laboral, la pobreza en aumento y otras “pequeñeces”).
La visión de “la España que no conoce ni la madre que la parió” se completa en estos días con la aprobación por parte del gobierno de su proyecto de ley del aborto. Se establece el aborto libre hasta las 14 semanas de gestación y hasta 22 si existe un riesgo de la vida o la salud para la madre, o graves anomalías en el feto. Además establece que la edad para poder abortar sin necesidad de consentimiento de los padres o tutores bajará a los 16 años (¡?!). Me causa vergüenza y sonrojo saber que nuestra generación es capaz de dejar a la siguiente tales leyes, que declaran “normal” algo que va contra un derecho tan fundamental como es el de la vida. Ahora y según esta ley, en España el aborto no se despenaliza sino que es un derecho, o sea, ¡Matar es un derecho!

Me doy cuenta también con otros ciudadanos “que el PSOE, partido que presenta este proyecto de ley, no juega limpio, pues lo que hace es manejar a los sectores más ideologizados de su electorado. En el fondo lo del aborto es para el partido socialista lo de menos, lo más importante es reivindicar a su electorado más de izquierdas y contrario a la Iglesia católica y a su vez poner una cortina de humo para ocultar otros problemas de mayor importancia política y económica (p.ej.: crisis, subida de impuestos). A parte del sectarismo de cierto feminismo radical que tiene un concepto de la vida humana bastante discutible”.

Me pregunto si el Estado de Derecho es respetado en España. El artículo 15 de la Constitución española, aprobada en 1978, proclama el derecho a la vida de “Todos”. Recuerdo las discusiones de entonces y también que los “padres” del texto eligieron finalmente la expresión de “Todos” y no la de “Toda persona”, como al principio algunos habían propuesto, para proteger al nasciturus. Con la reforma del Código Penal de 1985 que despenalizaba el aborto en tres supuestos, el Tribunal Constitucional tuvo que elaborar una doctrina compleja y “polémica” para resolver el recurso de inconstitucionalidad. Ahora, y mientras que espero a leer las cabriolas jurídicas que este alto Tribunal tendrá que redactar para no declarar a la Ley del aborto contraria a la Constitución Española, he tomado la decisión de asistir a la manifestación “Por la vida, la Mujer y la Maternidad” que se celebrará el 17 de octubre en Madrid.

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