viernes, 1 de enero de 2010

La ideología de género: una revolución cultural

Estos días del año son propicios para hacer balances y recordar el tiempo que pasó. La prensa escrita y los servicios de información “on-line” están repletos de análisis y recuentos más o menos interesantes sobre los acontecimientos del año y de la década que pasaron.
Valentí Puig, columnista de ABC, titulaba su columna del domingo 27 de diciembre: “La década aciaga: de las catástrofes a la desesperanza”. Y comenzaba su artículo así: “Termina una década sin aportaciones sustanciales al pensamiento, el arte o la literatura. Empezó con el caos y el terror, un 11 de septiembre, y termina con la huella de la recesión y la desesperanza.”

Estaba a punto de darle mentalmente la razón cuando, repasando la prensa de los días pasados, leí la noticia sobre las declaraciones de un juez sevillano, que con sus palabras se ha atrevido a romper el tabú de la violencia de género. Según este juez “la ley de medidas de protección integral contra la violencia de género de 28/12/2004 estigmatiza a miles de hombres y es producto de la “dictadura” del “feminismo radical”. Pensé, una declaración más. Pero cambié de opinión cuando leí la siguiente noticia, que informaba sobre la desmesurada reacción del portavoz del Gobierno español, denunciando “un movimiento que niega la desigualdad de la mujer” y sentenciando que “las declaraciones del juez Serrano son una pieza más en el engranaje de la contrarreacción posmachista (¿), movimiento nacido en los 80 y caracterizado “porque en el fondo cree que los hombres tienen un sitio y las mujeres otro, negando así la desigualdad histórica de la mujer.”

El tema no me pareció baladí, y quise profundizar sobre el mismo. Por desgracia he de contradecir en parte al citado columnista de ABC; he llegado a la conclusión de que sí hay ‘aportaciones sustanciales al pensamiento’, estamos siendo testigos de una subversión en toda regla con cambios profundos en el pensamiento y la cultura de nuestro tiempo. Nos encontramos, desde hace una década, y aún desde más atrás, ante el intento de una nueva revolución cultural, aquella que se promueve con la “ideología de género”. Prestigiosos profesores universitarios, entre otros, afirman que “se está realizando una auténtica “ingeniería social” a través de las leyes y otras medidas políticas, y que este proceso está siendo especialmente intenso y rápido en España”.

Las expresiones “violencia de género”, “feminismo radical”, “contrarreacción postmachista”, y el “sitio de la mujer y del hombre” me llevaron a informarme sobre el asunto de la “ideología de género”. Confieso que “estaba en las Batuecas” – con perdón de Salamanca y su valle de Batuecas. Mi desconocimiento era grande, ahora comprendo mejor lo que está pasando en nuestra sociedad.

En el mes de septiembre de 1995 una amiga nuestra participó en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la mujer que se celebró en Pekín. Estuvo allí como miembro de la delegación del Vaticano. Cuando regresó, nos contó sus experiencias, y recuerdo que se mostró profundamente pesimista sobre el resultado de la Conferencia. Ella nos habló entonces del triunfo del “feminismo radical” o “feminismo de género” y de las consecuencias nefastas que esta postura traerían a la sociedad. Hasta aquí el recuerdo. Yo no le di entonces mayor importancia, hoy me siento obligado, por amor a mis hijos y nietos, a denunciar la tragedia.

¿Qué es la ideología de género? No quiero extenderme, pero sí debo a mis más jóvenes lectores, cuando menos, una pequeña explicación. Lo haré con las palabras de la profesora de Derecho Civil de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, María Lacalle Noriega: “La ideología de género implica una nueva forma de concebir al ser humano y la sociedad. Parte de una antropología dualista que separa en la persona su dimensión corporal de su dimensión psicológica y espiritual, y defiende que el género es una construcción social independiente del sexo biológico. Desde esta perspectiva, las diferencias entre hombres y mujeres no responden a su naturaleza sexuada, sino que han sido construidas culturalmente en forma artificial a través de la historia, y son la causa de la discriminación que ha sufrido siempre la mujer.” ¡Ahí es nada! Invito a leer a los más interesados el libro: “La ideología de género, Reflexiones críticas” de la editorial Ciudadela. Yo, por mi parte, volveré sobre el tema.

¿Y la revolución cultural? Leyes como la del “matrimonio homosexual”, la ley contra la violencia de género, e incluso regulaciones como la del “cambio de sexo” en el Registro Civil, y la modificación prevista de la ley del aborto con la introducción de los “derechos reproductivos”, suponen desgraciadamente una implantación formal de esta ideología en España.

En su editorial del 30 de diciembre el diario “El Mundo” reflexiona sobre el futuro de España y escribe entre otras cosas que ‘la decadencia de España no es irremisible’. Yo así también lo creo. Algún día explicaré mis motivos.

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